Lo primero que choca en esta serie de “remasterizaciones” es que Simon Heyworth tardase tan poco tiempo en “remasterizar” 16 discos, ya que según los créditos de estas ediciones la “remasterización” tuvo lugar entre Marzo y Abril del año 2000 es decir, apenas 2 meses para, repito, 16 discos. Más chocante es aún ahora, que nos hemos enterado (gracias a las remasterizaciones de Universal) que de algunos de los discos no se conservan las cintas maestras (o “masters” en inglés) por lo que me asalta la duda de qué narices “remasterizó” el bueno de Simon Heyworth en el año 2000. Pero esto es algo que iremos viendo en próximos artículos. Ahora toca “Tubular Bells”.
“Tubular Bells” es, dentro de estas “remasterizaciones”, el disco que mejor suena y no era difícil de preveer sabiendo que Heyworth estuvo bastante tiempo, posiblemente más de 2 meses, limpiando yremasterizando las cintas originales de “Tubular Bells” para la edición de su 25 aniversario en 1998. Como él mismo dice en el prólogo de esa preciosa edición “tras 25 años en sus cajas, el pegamento con el que se juntaban ciertas partes de las cintas se estaba separando. Además había bastantes “clicks” eléctricos especialmente en la sección anterior al ‘Sailor’s Hornpipe’. Con la tecnología digital actual es posible borrar dichos ruidos”. Más adelante decía “Y ahora con gran excitación 25 años después, se podrán escuchar (por primera vez en CD) las cintas maestras originales…”. Curioso. Cuando Virgin publicó en 1993 el cuádruple recopilatorio “Elements” anunciaba que los temas de dicho recopilatorio habían sido remasterizados en los famosos y míticos estudios Abbey Road de Londres. Dentro de esas “remasterizaciones” se incluía una del “Tubular Bells” completo, lógicamente Virgin mintió al menos en lo que a “Tubular Bells” se refiere, ya que en esa época los masters de “Tubular Bells” estaban aún perdidos (y no fueron encontrados hasta 1996 que se recuperaron para hacer una edición especial del disco en vinilo de 180 gramos), de hecho como Heyworth deja entrever en los textos de la edición de 1998, las cintas se perdieron y todas las ediciones publicadas en CD desde 1983 se hicieron a partir de una copia del master, y no de la copia maestra (un par de años después de su primera edición en CD se volvieron a encontrar las cintas maestras y se realizaron varias copias, pero se siguió usando la versión de 1983 para las ediciones en CD).
Lo de los master de “Tubular Bells” es una historia cuanto menos curiosa ya que aparecían y desaparecían con relativa facilidad. La primera vez que se “perdieron” fue durante una fiesta en The Manor allá por 1974 y no se encontraron hasta unos años después (debajo de una cama) para hacer la remezcla del “Boxed”, posteriormente volvieron a “extraviarse”, hasta 1985 fecha en la que se hicieron copias por si se volvían a “perder”, cosa que incomprensiblemente volvió a suceder, por este motivo no se pudieron usar para la “remasterización” del “Elements” y hasta 1996 no volvieron a aparecer.
El caso es que lo único que tenía que hacer Heyworth con este disco era pasarlo a formato HDCD ya que la calidad sonora que logró en la remasterización de 1998 era más que buena. Personalmente creo que el único disco de esta serie de re-ediciones que realmente podría llevar la etiqueta de “remasterizado” es este “Tubular Bells”, pero no por una nueva “remasterización” hecha en el 2000, sino por la que se hizo un par de años antes. “Remasterizar” significa volver a “masterizar” un master, o copia maestra, es decir, lo que hizo Simon Heyworth en 1998, coger el master original, en donde hay varias pistas de sonido individuales, y limpiarlas para obtener un mejor sonido, o un sonido más limpio. Cuando lo que se “remasteriza” es una copia del “master” (que no posee esa separación de pistas, ya que se trata de una única pista de sonido), a eso no se le puede llamar remasterización en ningún caso, porque la mejora en el sonido es ínfima (por no decir casi nula) ya que realmente no se depuran todas las pistas de la copia al no tenerlas. Del resto de “remasterizaciones” ya hablaremos más adelante. Dicho esto, pasemos a la cuestión visual…
La portada para esta edición fue ligeramente recortada con respecto a la edición original en CD y el título del disco fue agrandado sensiblemente, además se le dio un poco más de definición a las letras, pero a grandes rasgos el lavado de cara de esta portada no es muy bueno (como en toda la serie), ya que si nos fijamos bien, el fondo de la foto pierde cierto contraste con respecto al original y en su conjunto se ve borroso.
En la contraportada nos encontramos con el primer fallo tipográfico (imperdonable, por otro lado) de estas “remasterizaciones” ya que al borrar las listas de instrumentos para volver a insertarlas con la tipografía propia de la edición, cometen el fallo de nombrar las “Tubular Bells” como “Turbular Bells”, algo que para darle un mayor énfasis (supongo) recalcan poniendo dicho instrumento en cursiva. Mención a parte la intención de borrar la famosa frase de “This stereo recording cannot be played….” a lo cutre (digo intención porque se nota que la frase está ahí emborronada), cosa que a tenor de la contraportada de la edición de Universal o sin irnos más lejos de la de los Mini LP’s Japoneses, no era tan difícil de hacer. Si ya de buenas y sin abrir el CD vemos que la portada está borrosa, que en vez de “Tubular” han puesto “Turbular”, y que no han quitado una frase que aparecía, si no que han emborronado esa parte de la foto, lo que nos depara el interior no puede ser demasiado bueno.
Para empezar “las nuevas” fotografías que nos prometía Virgin se reducen a una foto con la campana recortada sobre un fondo azul y otra foto de la época de “Sallyangie” (esto de usar fotos que no se corresponden con la época del disco va a ser una constante en estas ediciones). Eso sí, el inserto con todos los discos de la “colección” ocupa las dos hojas centrales. Pero vayamos al texto, esto es lo que decía Dave Laing en el booklet de “Tubular Bells”…
Mike Oldfield tenía tan sólo 19 años cuando se propuso la idea de producir una pieza de pop contemporáneo que tuviese la duración y complejidad de una sinfonía. Por aquel entonces ya era un profesional y experimentado guitarrista de Folk y Rock.
En 1972 Mike se encontró a sí mismo en The Manor, un nuevo estudio magnetofónico en el campo de Oxfordshire propiedad de Richard Branson. “Era un lugar maravilloso” recalcó en una entrevista posterior. “Era una gran casa de piedra vieja con un gran y encantador hogar y la atmósfera por completo era muy excitante. Era como si mi sueño se hubiera hecho realidad, tener un estudio entero para tocar y todos los instrumentos que quisiera”.
La primera parte de “Tubular Bells” se grabó en una semana con los productores residentes Tom Newman y Simon Heyworth. Y ya que el estudio estaba usándose como base comercial por varios grupos, la segunda parte tuvo que ser grabada esporádicamente durante un periodo de varios meses. Newman explicó el método de trabajo de la segunda parte: “Normalmente después de la cena íbamos a The Jolly Boatmen, la taberna local que estaba en el canal que recorría las tierras por debajo. Nos emborrachábamos y volvíamos al cerrar el pub, entrábamos directamente al estudio y a veces trabajábamos durante toda la noche”.Este es el extenso texto que incluye esta “remasterización”. Como podemos apreciar la labor periodística de Laing es excepcional y nos brinda una gran cantidad de datos “completamente inéditos”… Algunos de ellos equivocados (como por ejemplo que Mike tenía 19 años cuando compuso “Tubular Bells”, cosa errónea, ya que las maquetas originales del disco datan de 1971, y por tanto cuando Oldfield “gestó” el disco tenía 17 años, no 19). Sinceramente, que le pagasen por escribir algo así es de traca. Aunque al menos para “Tubular Bells” escribe algo (poco, pero algo a fin de cuentas), porque para otros discos y con toda la cara del mundo directamente copia y pega del libro del “Elements”.
Una vez completado “Tubular Bells” se le dio a Richard Branson y a Simon Draper que estaban planeando crear su propia compañía y decidieron que debía ser el primer álbum de la Virgin Records. Se publicó con el número de catálogo V2001 en Mayo de 1973 y casi inmediatamente se convirtió en superventas. Las ventas mundiales alcanzadas en 1981 fueron de 10 millones de copias, el álbum fue publicado en CD en 1983 y de nuevo en 1998 en la versión remasterizada de su 25 aniversario.
Lo único que realmente queda bien en esta primera “remasterización” (y en el resto) es el diseño del CD, muy bonito, simple, pero elegante. Otra curiosidad en este disco “remasterizado” es el lomo del CD, en él se puede intuir unas formas que son familiares… pero hasta en eso se equivocaron, más adelante veremos porqué. Nos vemos dentro de poco con “Hergest Ridge”…
tubak
No me extraña que copie del texto del Elements ya que creo recordar también es suyo. Será mas acertado que el de reediciones como QE2?
ResponderEliminarSí, es cierto los textos del "Elements" son suyos, a lo que me quería referir es que Virgin anunció "nuevos textos", textos que de nuevos no tienen nada, y de textos casi que tampoco, yo más bien los considero "notas" con más fallos que virtudes y exentas de toda importancia.
EliminarSí, la verdad es que fueron unas reediciones muy pobres tanto en el material sonoro como en los libretos. Pocas hojas y muchas desperdiciadas con montajes que no venían a cuento, todo por seguir una línea que hizo que se descartara incluso material y/o datos que sí aparecían en las ediciones originales en CD (como es el caso de Amarok).
EliminarEstoy deseando leer más posts de este tema
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