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lunes, 17 de diciembre de 2012

Las “remasterizaciones” HDCD de Virgin, Five Miles Out, por tubak


Tras poco más de un mes desde la publicación de la primera oleada de “remasterizaciones” Virgin volvió a la carga con una nueva tanda de publicaciones en las que por supuesto, además de continuar con un sonido más que cuestionable en algunos casos, cometió nuevos y gordísimos fallos. De hecho, de los cuatro discos que se publicaron aquel 3 de julio de 2000 ninguno de ellos se libro de esos errores, ya sea en el diseño, en el sonido o incluso en ambas cosas. Es incomprensible el hecho de que Virgin fuese incapaz de repasar mínimamente estas publicaciones para, en la medida de lo posible, eliminar o suavizar los fallos cometidos anteriormente. Pero en fin… vayamos al lío.

1982, muchas cosas habían sucedido en los dos años transcurridos entre el anterior disco ‘QE2’ y este nuevo ‘Five Miles Out’. Oldfield realizó un par de giras, entre las que hubo un concierto especial con motivo del enlace matrimonial de sempiterno heredero al trono británico Carlos y Lady Diana, concierto celebrado el 28 de julio de 1981 en el Gildhard Yard y para el que Oldfield compuso una inédita marcha nupcial. Este hecho tuvo como consecuencia la inclusión de Oldfield en la prestigiosa guía londinense “Who’s Who”, que era básicamente un listado de la gente famosa que había (o estaba) viviendo en Londres. Mike Oldfield, junto con Paul McCartney en esos momentos, fueron los dos únicos músicos que aparecían en dicha guía, y quizás sea este (aunque es más que probable que no sea así, pese a ser una gran coincidencia) el motivo por el cual ambos actuaron en la Ceremonia de Inauguración de los JJ.OO. de Londres el pasado verano. Realmente tanto Oldfield como el director de la ceremonia Danny Boyle ya comentaron el motivo real por el cual fue elegido Oldfield, pero no deja de ser una gran casualidad que estos dos artistas abrieran y cerraran la ceremonia.

En ese mismo año (1981) Virgin publicó una serie de recopilatorios “autóctonos” o exclusivos en algunos países del norte de Europa (en donde Oldfield comenzaba a ganar adeptos de forma vertiginosa, sobre todo en Alemania) estos recopilatorios tenían un cierto paralelismo entre sí: ‘Episodes’ en Francia, ‘Music Wonderland’ en Alemania y ‘Mike Oldfield’s Wonderful Music’ en Holanda. La veda para este tipo de publicaciones exclusivas se abrió en el Reino Unido en donde se había publicado un año antes ‘Impressions’, que de esta serie de recopilatorios “personalizados”, era la joya de la corona puesto  que era algo más completo que los que le siguieron. Incluía ciertas rarezas dignas de mención además de ser el único recopilatorio doble de todos ellos. ‘Impressions’ incluía además un remix inédito (que en realidad era una versión en directo remezclada y sin sonido ambiente) del tema “I Got Rhythm” junto con una versión en directo alternativa de la primera parte de ‘Tubular Bells’ grabada durante la gira ‘Exposed’ y que hasta el momento era inédita en Europa (antes había sido publicada en el doble álbum ‘Airborne’, pero sólo para el mercado norteamericano). Además de otras rarezas de la época tales como “Cuckoo Song”, “Wrekorder Wrondo” o “Pipe Tune”. Este doble recopilatorio se vendió únicamente por correo mediante la distribuidora TellyDisc. El resto de las recopilaciones que se publicaron compartían básicamente los mismos temas, con alguna que otra mínima diferencia. Dos de esos recopilatorios llegaron a publicarse posteriormente en CD, ‘Episodes’ en Francia (un CD bastante difícil de encontrar), y “Music Wonderland”, que se llegó a distribuir por toda Europa en CD a mediados de los 90.


Pero lo importante para el devenir del disco que nos ocupa ya se había producido. Un poco antes de la publicación de estos recopilatorios, Oldfield realizó una serie de conciertos por España. Durante el traslado de Barcelona a San Sebastián, una tormenta de antológicas proporciones casi se traga la avioneta bimotor en la que iban Oldfield y parte de su equipo. Según cuenta el propio Oldfield en su autobiografía, la avioneta se tambaleó y agitó de forma alarmantemente peligrosa en unos minutos que parecieron horas. Una serie de catastróficas casualidades se fueron sucediendo, ya que a la novata y virginal experiencia del piloto, se le unió un parte de tiempo erróneo que hizo que el bimotor en el que viajaba Oldfield y su grupo fuese el único aparato aéreo que sobrevolaba los Pirineos en esos momentos. Cuando salieron de aquel infierno y llegaron al aeródromo de Anoeta los trabajadores allí presentes no daban crédito a lo sucedido, ya que unos pocos días antes una tormenta de características parecidas se había cobrado la vida de un par de personas. Realmente fue un milagro al que Oldfield supo sacar partido componiendo un tema que relataba y nos introducía de manera magistral en aquel suceso. El tema como no podía ser de otra forma era “Five Miles Out” y fue el eje central del disco.

Por otro lado, el descontento entre Oldfield y Virgin cada vez era mayor lo que no auguraba nada bueno en el devenir de su historia común. En 1981 Virgin anunció con cierto bombo la venta de la copia 10 millones de ‘Tubular Bells’ (aunque Virgin no fue del todo legal en estas cuentas ya que al parecer sumó las copias vendidas del original y de la versión orquestal), Oldfield entró en cólera al descubrir que los royalties generados con esas ventas no se acercaban ni de lejos a lo que él había percibido. Demandó a Virgin y comenzó un tortuoso y difícil camino que duró años en los que Oldfield, cada vez que podía, le sacaba los colores a su compañía con incendiarias declaraciones. Tan sólo hay que ver, y es un ejemplo, la entrevista que Ángel Casas le realizó para el concierto en exclusiva del programa ‘Musical Express’ de TVE en el que Oldfield dijo lo siguiente: “Virgin fue la primera compañía que se interesó por mi música. Así que estoy muy agradecido de que me dieran la oportunidad de tocarla en un estudio de grabación. Pero ahora cada día estoy menos contento en la forma en que es tratada la música. No como un arte, sino como algo comercial, que igual venden cualquier producto, como detergentes, y no les importa realmente. Me siento disgustado, ya que la música es muy importante y especial”. Y esto es de lo más suave que he leído o escuchado, en otras entrevistas llegaba a ser mucho más “incisivo” respecto a sus sentimientos hacia Virgin tratándolos directamente de sinvergüenzas o mercenarios.

‘Five Miles Out’ en su estructura, representa el positivo resultado de los “experimentos” realizados con sus anteriores dos discos, experimentos altamente beneficiosos a tenor del éxito de las siguientes publicaciones de Oldfield. Esta estructura, que utilizaría en sus discos de los 80 (a excepción lógicamente de la BSO ‘The Killing Fields’ y del disco ‘Earth Moving’) era básicamente un largo tema instrumental y una serie de temas cortos (vocales y/o instrumentales). En esta ocasión el tema instrumental principal sería la continuación del “Taurus 1” de ‘QE2’ en donde Oldfield vuelve a colaborar con uno de los míticos de su discografía, Paddy Moloney a las gaitas. Además, en este disco se produce un nuevo reencuentro, Tom Newman vuelve a las tareas de producción en el tema que da nombre al disco. El disco básicamente gira en torno a este largo instrumental, ya que muchas de las melodías que se desarrollarían a lo largo del disco están presentes en “Taurus 2”.

Si en el anterior álbum Oldfield colaboró con un batería del renombre de Phil Collins en un par de temas, en este nuevo álbum haría algo parecido. Esta vez el elegido sería el batería de la mítica banda “Asia” y “Emerson, Lake & Palmer”, Carl Palmer. Aunque esta vez, y a diferencia de la colaboración con Collins, había una cierta relación de amistad entre Oldfield y Palmer. Esta amistad se intentó materializar en una álbum conjunto que ambos planearon grabar codo con codo y que finalmente (quizás debido al posterior éxito de ‘Crises’) nunca se realizó. Aunque hay constancia de que llegaron a planteárselo tan seriamente que incluso grabaron una juguetona maqueta que no hace mucho Carl Palmer publicó en un recopilatorio de 2001 titulado ‘Do Ya Wanna Play, Carl?’, y que a grandes rasgos era una retrospectiva sobre Palmer en la que se incluyen entre algunos de los temas inéditos esta maqueta que fue titulada “Ready Mix” y que según el propio Palmer fue grabada sobre esas fechas.

Además del fantástico “Five Miles Out” que da título al disco, entre los temas incluidos nos encontramos con otro éxito de enormes proporciones “Family Man”, tema que fue (y perdón por la expresión) violado sin compasión alguna por el grupo americano “Hall & Oates” en una versión (y videoclip) que distan mucho en calidad del tema original. Sin embargo, ésta versión tuvo mucho más éxito que la original en EE.UU. lo cual es a mi modo de ver, tanto ilógico, como injusto. Aunque tal vez esta versión dio alas, bien por casualidad bien por causalidad, para que Oldfield emprendiese su primera gira mundial. Aquí tenéis el tema en cuestión para vuestro uso y disfrute. Gozadla… si podéis.


La era digital era inminente, a finales de 1982 empezaron a comercializarse tímidamente los primeros Compact Disc, aunque el primer disco oficialmente publicado por Mike Oldfield en formato digital sería ‘Crises’ al año siguiente. Debido a la gran cantidad de sintetizadores e instrumentos digitales que se usaron para este disco, el sonido no era de por sí malo o sucio, pero sí es cierto que las posibilidades sonoras de la grabación no hacían justicia al resultado final publicado (de hecho es en este disco dónde Oldfield grabó por primera vez con el sintetizador Fairlight, aunque ya en la gira anterior a este disco lo comenzó a usar tímidamente). Con esta reedición Virgin volvió a perder la oportunidad de publicar un disco con un sonido perfecto, o que por lo menos se acercase a esa perfección. Apenas sí hay diferencias entre lo publicado en 1982 y la presunta “remasterización” realizada en el año 2000, lo cual vuelve a ser un engaño hacia los compradores de algo que fue anunciado a bombo y platillo como “mejor” sin serlo. Esperemos que el año que viene Universal nos vuelva a brindar una edición con un sonido perfecto o cuanto menos en las mínimas condiciones de calidad exigibles, como ya ha hecho con la remasterización de ‘QE2’, y que como recordamos del anterior artículo, partiendo de las mismas fuentes sonoras, el resultado fue diametralmente opuesto entre lo publicado en 2000 y en 2012.


Cabe destacar que si en los setenta Oldfield alegraba la espera entre disco y disco con creativos singles instrumentales, los ochenta no iban a ser menos, pero con una diferencia, ya que la mayoría de los singles con este tipo de “rarezas” ahora iban a ser en su mayoría temas vocales. Ese mismo año (1982) Mike Oldfield publicó un sencillo titulado “Mistake” y cuya autoría era (o así estaba reflejado en la portada) del “Mike Oldfield Group” siendo esta la única publicación dentro de la discografía del de Reading de ese “grupo” como tal. Además este lanzamiento supuso uno de los primeros ítems de Oldfield publicados en formato picture disc, que no es más que un vinilo (o CD) con la portada del disco o alguna foto serigrafiada sobre el. Este tipo de ediciones fueron bastante profusas y populares a finales de los setenta y en los ochenta. Oldfield publicó una gran cantidad de singles y álbumes completos en este formato (uno de ellos – y que además fue la primera publicación de Oldfield en este formato – fue un vinilo con la versión cuadrafónica del ‘Tubular Bells’ realmente bello en 1978). Aunque el principal problema del picture disc es que la calidad del vinilo empleado para su creación es de menor calidad, por lo que los compradores de este tipo de productos, más que buscar una calidad sonora, lo que buscaban era la simple colección de este tipo de rarezas (algunas de ellas muy bellas y de formas diversas).


La portada del disco (obra del pintor Gerald Coulson) representa el momento anteriormente descrito de la tormenta que sufrieron Oldfield y sus acompañantes en los Pirineos. Para que no desentone con las anteriormente publicadas, esta nueva “revisión” de la portada vuelve a perder cierta nitidez con respecto a la original. Siempre he pensado que en la edición en CD de este disco se pasaron de más con la saturación de los amarillos, pero lo que han hecho para esta reedición ha sido decolorarla en exceso perdiendo en algunos puntos los trazos de las nubes y demás detalles de la pintura. Eso sí, las letras del título ganan en nitidez y claridad. En la contraportada interior hay un dibujo realizado por el propio Oldfield bastante abstracto o daliniano (por denominarlo de algún modo). La contraportada exterior es de un simple color marrón (en la versión original era azul cielo). Esta vez el tema fotos es más que correcto, escaso, pero correcto, o lo que viene siendo lo mismo, han usado las fotos de la edición original en CD sin más. Ni piedras, ni troncos, ni nada referente al campo o a la naturaleza, lo que a estas alturas es de agradecer.

  

El diseño original en vinilo era un precioso “gatefold” en cuyo interior estaba reproducida la hoja de trabajo del tema “Taurus 2” junto con algunas fotos de Oldfield y su banda intercaladas con la letra del tema que da nombre al disco). No es que fuese completamente necesario incluir dicho artwork en esta reedición (que a buen seguro tendremos en la reedición de Universal), pero qué menos que si se reproducen las fotos de la edición en CD se incluyan las letras de los temas que componen el disco, es lo mínimo. Es más, si en vez de los textos de Dave Laing hubiesen incluido las letras de las canciones, más de uno (y de dos) se alegraría (o nos alegraríamos) de este hecho.

  
De lo que sí que no se olvidaron los “hacedores” del diseño de esta revisión fue de incluir una serie de simpáticos y gordísimos fallos. Ya en el anterior artículo se comentaba la sospecha de que todos los diseños partían de un único documento y que luego se usaba el profesional y elaboradísimo método del “copy & paste”. Pues bien, con este diseño obtenemos una prueba fehaciente de que así es. Si en ‘QE2’ claramente usaron como plantilla el diseño de ‘Tubular Bells’ (fotos incluidas) dando como error que en el exterior del CD se indicase como fecha de copyright 1973 en vez de 1980, en este CD nos encontramos con otro fallo gordo, y por partida doble. Para empezar en la contraportada podemos leer exactamente los mismos créditos que en ‘QE2’ lo cual denota una dejadez y una falta de profesionalidad aplastante. Y eso por no hablar de corregir errores que ya había (como por ejemplo lo de “Teidi” en vez de “Teide”) pero claro, para qué corregir lo equivocado si se pueden añadir más gazapos.


  
Esta vez el texto no es tan disperso ni ridículo como en entregas anteriores, aunque por supuesto contiene una serie de errores y fallos que no son para nada justificables. Para empezar vuelve a caer en el error de indicar que algún que otro tema fue un fracaso en Gran Bretaña. Sinceramente, es la primera vez que veo que en unos textos sobre un disco o un artista en concreto lo critican de esa manera tan abierta (y con esta ya van dos veces), de hecho, en los textos Laing dice que la revisión del tema por “Halls & Oates” tuvo más éxito que el original, flipante. No niego que en el mercado americano fuese así, pero como ya se ha comentado antes, en este tipo de textos se suele ensalzar al artista en cuestión maquillando si se puede un poco el presunto fracaso de la obra (cosa de la que en este caso no pasó). Con cosas así Laing vuelve a demostrar un desprecio absoluto por la obra de Oldfield más allá de ‘Incantations’. Respecto al incidente con la tormenta, en estos textos se da una explicación que sinceramente, para nada tiene que ver con lo que realmente pasó, ni se de dónde se ha podido sacar semejante versión. Laing indica que era Oldfield el que pilotaba el avión. Aquí está el texto:
  
Como indica la pintura de la portada, “Five Miles Out”, el séptimo álbum de estudio de Mike Oldfield, estuvo principalmente inspirado en sus experiencias como piloto. Discutiendo el génesis de la música, le dijo a un entrevistador: “para escribir letras tienes que tener algo sobre lo que escribir. Bien, en este tiempo tenía algo sobre lo que escribir: mi tema sobre el aeroplano. Cada vez que yo subo a un avión pequeño algo terrible pasa. Un motor se detiene, entramos en una tormenta de truenos o de nieve o estamos rodeados de niebla”.

El incidente real que inspiró la canción principal ocurrió cuando Mike estaba pilotando una Piper Navaho de dos motores sobre las montañas del Pirineo español. Las letras retratan gráficamente la ansiedad en las mentes del grupo para que el avión aterrizara seguramente: “Nuestra esperanza está contigo / jinete en el azul / la bienvenida está esperando, nosotros estamos anticipándonos / lo estarás celebrando cuando estés abajo y roto”.

Otra composición de Oldfield, “Orabidoo”, es una canción más alegre sobre viajar y volar que incluso incluye un mensaje juguetón dirigido a sus compañeros músicos con las palabras: “no lo hagamos de nuevo eso, no es gracioso”.

“Orabidoo” es cantada por Mike Oldfield y Maggie Reilly quien también canta en la canción más conocida del álbum, “Family Man”. La canción es un retrato desilusionado de las relaciones hombre/mujer a través de un encuentro entre un cliente potencial y una prostituta que “tenía ojos seductores / Ella dejó claro que estaba allí por un precio”.

Publicado como single, “Family Man” tuvo poco éxito en Gran Bretaña en 1982 pero se hizo más popular cuando lo regrabó un año después Daryl Hall y John Oates. “Five Miles Out” en sí mismo se convirtió en el éxito más grande de Mike desde años atrás cuando alcanzó el puesto número 7 en las listas de ventas británicas. Continuó esto formando el “Mike Oldfield Group” para emprender una gira mundial que duró 105 días. Los siete componentes de la banda pudieron emular el sonido de estudio de Mike a través del uso de un Fairlight CMI (Computer Musical Instrument), un innovador sampler digital y sintetizador.

Dave Laing.
  
Sigo sin entender el uso indiscriminado de frases por parte de Laing más allá del simple hecho de rellenar por rellenar. Es absurdo esa manía de meter con calzador frases fuera de contexto y que no aclaran ni aportan absolutamente nada. Pero este hecho ya llegará al ridículo en los siguientes “textos explicativos”. Si Laing no está inspirado (o preparado) para escribir estas reseñas, mejor que no las hubiera hecho. Ya que a partir de aquí (si no antes), la desidia será absoluta y comenzará a copiar literalmente párrafos completos del libro del cuádruple recopilatorio ‘Elements’ y a mostrar un más que preocupante desprecio hacia la obra de Oldfield e incluso hacia el propio Oldfield a la vez que pasa muy por encima en la descripción de los temas en sí, dando tan solo pequeñas pinceladas excesivamente generales y sin ningún interés. En este texto en concreto obvia decir cosas tan importantes como la autoría conjunta de varios de los temas, aunque leyendo el texto nos damos cuenta de que apenas sí habla del disco, por lo que el motivo principal de estos textos se diluye de su presunto objetivo principal ya que ni aclaran ni aportan datos nuevos, más bien lo contrario, confunden y enturbian. Ese espacio lo utiliza para diversas fruslerías y para comentar sobre todo el escaso éxito de alguno de los singles (cosa que repito, para nada es cierta). En definitiva, un texto insulso, mal redactado y con errores de bulto sangrantes.

Para acabar, como siempre, comentar que la galleta del CD esta vez es de color marrón con las letras en amarillo claro. En el próximo artículo hablaremos de un disco que cumple 30 años muy bien llevados y que constituiría el mayor éxito comercial de Mike Oldfield desde ‘Tubular Bells’. Aunque para Dave Laing parece que no fue suficiente a tenor de lo que escribió. Nos vemos el año que viene con ese nuevo artículo. Y como se suele decir por estas fechas, feliz Navidad, y próspero año 2013, año que de seguro va a estar plagado de jugosas novedades Óldficas, recopilatorios, reediciones, el ansiado nuevo disco y esperemos que algún que otro concierto.



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