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jueves, 12 de abril de 2012

Las “remasterizaciones” HDCD de Virgin, Orchestral Tubular Bells, por tubak

"The Orchestral Tubular Bells” es un disco extraño, ni siquiera el propio Oldfield lo considera como propiamente suyo. Personalmente pienso que fue un error por parte de Virgin publicarlo. “The Orchestral Tubular Bells” no es un disco que entre dentro de una discografía estricta. Es una versión que suena más a “divertimento” (sobre todo para David Bedford) que a “disco oficial”. Creo que “Hergest Ridge” se prestaba mejor a la orquestación ya que su estructura es más clásica que la de “Tubular Bells”, cuya estructura es bastante más “sicodélica” por decirlo de algún modo. Escuchando la versión orquestal de “Hergest Ridge” nos hacemos una idea de porqué la versión orquestal de este segundo disco suena bastante mejor que la versión “tubular”. Lo lógico habría sido publicar en vez de esta versión la de Hergest Ridge, pero claro, no es lo mismo a vistas de ventas una versión orquestal de “Hergest Ridge” que una versión del archifamoso “Tubular Bells”. Respecto al sonido, pues... no le encuentro ninguna diferencia. Para que voy a decir otra cosa. Además es cosa lógica ya que al ser una grabación en “directo” no se pueden depurar las pistas individualmente (aunque visto lo visto, en estas “remasterizaciones” la palabra depurar no estaba en el vocabulario del bueno de Simon Heyworth).

En cuanto a la presentación, no hay mucho que comentar, ya que es básicamente el mismo y soso diseño (incluso dudo de que la hayan retocado). Al menos la versión original en CD incluía una foto en la contraportada de la campana, cosa que desaparece en esta versión (hecho que ya sucediera en la edición de la serie “VIP” de Virgin en los 90). Campana que dicho sea de paso no es la misma que la de la portada original de “Tubular Bells”, ésta es una campana diferente, curiosamente. Al igual que las anteriores portadas ésta también pierde definición y se ve más borrosa, lo cual tiene su merito si tenemos en cuenta que dicha portada es prácticamente un fondo negro, fondo que dicho sea de paso en esta “remasterización” es más negro que en la versión original. Las letras han sido totalmente blanqueadas (en la versión original tenían un ligero tono gris). Como curiosidad ésta es la primera vez que la tipografía no se ha cambiado por la usual de la serie, más adelante veremos cómo en otros dos discos sucede lo mismo. Algo inexplicable, pero, es Virgin, entra dentro lo normal el hacer las cosas de este modo sin fuste ninguno.

Curiosamente el “Orchestral Tubular Bells” ha sido uno de los discos de Oldfield más re-editados de su discografía, digo curiosamente ya que al no tratarse de un disco “oficial” de su discografía (ni siquiera el propio Oldfield lo considera como suyo) ha tenido más ediciones en CD (si cabe) que su insigne hermano mayor, sin contar las distintas tiradas sin variación en los diseños nos encontramos con las siguientes “re-ediciones”, a saber: 1ª edición original en CD de 1986, 2ª edición en la serie “VIP” de Virgin en 1989 en donde se incluyó un texto escrito por John Howard, 3ª edición dentro de la filial “DISKY” (filial que publicó además “Ommadawn”, “Five Miles Out”, “Crises”, “Earth Moving” y “Heaven’s Open”, todos ellos publicados anteriormente en la serie “VIP” de Virgin) y que recuperó en su contraportada la campana de la edición original en CD de 1986, la correspondiente edición “remasterizada” en HDCD y una 5ª y última edición en 2003 por parte del sello clásico “EMI Gold” dentro de la serie de publicaciones de la Royal Philarmonic Orchestra y que contó con un nuevo diseño de la carátula (bastante más agradecido que el original, y que sí incluía la campana original), y que además del texto de John Howard incluía una breve biografía de la Orquesta Filármonica en la que se nombra a los diversos directores de la misma así como a varios de los artistas que han hecho uso de la orquesta, artistas tan dispares como Maurice Jarre, Pavarotti, Montserrat Caballé, Cliff Richards, Henrry Mancini, Rod Steward, Stevie Wonder o Liza Minnelli.

En el “librillo” hay una foto (del “Boxed”) con un más que dudosamente estético photoshop y un texto adicional que se incluía en la versión VIP del “OTB” y que personalmente yo no habría puesto, puesto que no pinta nada (aunque más interesante que el texto de Laing sí que es, pero sin pasarse). Pero lo mejor de todo es que hasta lo copian mal, es lo que tiene escanear el texto del CD original con un escáner OCR (de texto) y ni tan siquiera repasarlo después, ejemplos: “attentionat” en vez de “attention at”; “pverturne” en vez de “overturner”; “influenceon” en vez de “influence on”... y la mejor de todas “Tublar” en vez de “Tubular” (esta es la mejor porque la repiten 6 veces, es decir las seis veces que se lee en el texto “Tubular Bells”). ¿Alguien da más? No son capaces de poner ni una sola vez “Tubular”. Parece como si lo hubiesen hecho con mucha prisa ¿no?. Curiosamente en la re-edición del sello EMI Gold de 2003 (apenas 3 años después de esta presunta “remasterización”) se vuelve a incluir dicho texto pero sin esos fallos.




Es curioso cómo Virgin tiene problemas con la palabra “tubular”, en la “remasterización” del “Tubular Bells” se equivocan y ponen “turbular” y ahora esto, curioso… les dará “cosa” usarla. Bien, y ahora lo que todos estábamos esperando con gran paciencia, el texto del inefable Dave Laing:

Siguiendo el éxito de su primer disco “Tubular Bells”, Mike Oldfield fue persuadido por Richard Branson de la Virgin Records de que esa creación épica de estudio debería de ser tocada en directo. Por consiguiente, un plantel de invitados de lujo, que incluía al guitarrista de los Rolling Stones Mick Taylor, fue reunido para tocar en el “Royal Festival Hall” de Londres en Junio de 1973.

Después vendría la versión orquestal. Para ella, Mike escogió a su amigo y colaborador David Bedford. Aunque él había sido adiestrado como músico clasicista, Bedford había tocado antes junto con Oldfield en la banda de rock vanguardista “The Whole World”, dirigida por Kevin Ayers. Oldfield después tocó en el álbum de Bedford titulado “Star’s End” en Noviembre de 1974.

El papel de Bedford fue arreglar “Tubular Bells” para una orquesta sinfónica. Su partitura fue grabada por la Real Orquesta Filarmónica con Mike Oldfield tocando una parte de guitarra eléctrica. Conducida por Bedford, la orquesta de 90 componentes fue grabada en el “Barking Town Hall” situado al este de Londres usando la unidad móvil de “The Manor”, el estudio en donde Mike había creado la versión original de “Tubular Bells”. Las cintas resultantes, fueron editadas y mezcladas por Bedford y Oldfield.

Antes de publicarse “Orchestral Tubular Bells”, la Real Orquesta Filarmónica y Bedford dieron un concierto del trabajo en el “Royal Albert Hall” de Londres. Steve Hillage del grupo “Gong” (actualmente famoso por su papel en la escena “Dance” de los noventa) tocó la parte de la guitarra. Las reacciones de los críticos se mezclaron. El evento fue condenado en la revista de pop “Sounds” por ser “de media clase, quedarse a mitad de camino y aparcar la sensibilidad” mientras que el “New Musical Express” comparaba la contribución de Bedford con el compositor francés Ravel y admiraba la manera en la que “los violines y las flautas contrarrestaban el hinchazón de los contrabajos”.

Tal y como había sido recibido el disco por la crítica, hizo que los compradores se desanimaran, de cualquier manera, cuando “Orchestral Tubular Bells” salió a la venta en Enero de 1975 se posicionó entre los primeros veinte discos más vendidos y la posición más alta que consiguió fue un número 17. El disco fue publicado por primera vez en Compact Disc en 1987.

Y ahora el otro texto que aparece en esta “remasterización”, corregido eso sí:

Nacido el 15 de Mayo de 1953 en Reading, Inglaterra, Mike llamó la atención por primera vez a la tierna edad de 14 años con el dúo “Sallyangie” que él compartió con su hermana Sally, y en el que se distinguió por su prodigiosa técnica tocando la guitarra. Después del álbum en el sello Transatlantic, Sallyangie fue sustituido por el grupo “Barefoot”, que demostró ser otra aventura efímera. Oldfield encontró más posibilidades de satisfacción para su expresión artística con “Kevin Ayers & The Whole World”, un grupo en el que se introdujo originalmente como bajista, en 1969. “The Whole World” se unió con “Soft Machine” fundada por Ayer para incluir músicos de fondos extensamente variados tales como Robert Wyatt, David Bedford y Lol Coxhill. El grupo musical eléctrico y la imaginación excéntrica de esta compañía repleta de colores, cuyo repertorio volcó un cliché musical y tiró a menudo de símiles de jazz y minimalismo, a veces Ayers componía melodías líricas, que tuvieron una considerable influencia en el trabajo posterior de Oldfield. El arquetipo de humor inglés del grupo (virando entre el encantar caprichosamente y el iconoclastamente absurdo) también resurge en la propia escritura de Oldfield. No obstante, Oldfield se marchó del grupo de Ayers en 1971 y trabajó principalmente como músico de estudio en la orquesta del musical “Hair”, mientras al tiempo comenzaba a hablar de una pieza de música que tenía en mente un año antes y que estaba destinada a lanzarlo a la fama mundial en 1973. La composición una vez acabada fue, por supuesto, “Tubular Bells”.

Rechazado por todas las grandes compañías discográficas, la maqueta de Oldfield de 50 minutos con su trabajo fue aceptada finalmente por el nuevo empresario, Richard Branson, el cual había abierto una exitosa tienda de discos en el oeste extremo de Londres, la Virgin Records.

Oldfield trabajó en la versión original de “Tubular Bells” cerca de 12 meses, tocando los 21 instrumentos el mismo, montando los sonidos, uno encima del otro.

Cuando se publicó en el verano de 1973, el álbum se convirtió en uno de los más grandes discos de la década, y por consiguiente llegó al número uno permaneciendo en las listas de álbumes sin tambalearse unas 264 semanas.

En otoño de 1974, el segundo álbum de Mike, “Hergest Ridge” también llegó al número uno, y se topó con su predecesor “Tubular Bells”. Mike Oldfield había llegado definitivamente.

Con ésta grabación, los medios de comunicación estaban cambiando la vida de este talentoso veinteañero, y un viejo amigo de Oldfield, David Bedford (el compositor vanguardista y teclista que estaba en “Kevin Ayers & The Whole World” con Oldfield) constantemente estaba molestando a Mike para que le permitiese adaptar “Tubular Bells” para una orquesta entera.

Eventualmente, Oldfield cedió, y Bedford consiguió trabajar en el gigantesco proyecto. En la primavera de 1975, tocando la “Royal Philarmonic Orchestra” con el propio Oldfield, “The Orchestral Tubular Bells” se realizó. Entró directamente en el Top 20 y demostró a muchos que no habían sido convencidos en la primera escucha que “Tubular Bells” era un verdadero trabajo de genio.

La imaginativa versión de Bedford y la actuación exquisita de la R.P.O. resaltaron todas las cualidades intrínsecas que habían hecho a la grabación original magnífica. Semejante colaboración, rara pero visionaria, podría ser desastrosa. En cambio, el trabajo asumió de verdad megaproporciones. Un minuto, nos acercamos a un gran crescendo y recordamos lo mejor de Ravel; después, la pieza explota en un panorama de casi “Big Country” del Oeste con algunas sombras de “Gone With The Wind”, y “Tara’s Theme”. Entonces, un paisaje de Breughelian se abre ante nosotros, con figuras medievales que bailan alrededor de un fuego rugiendo. En ningún momento el oyente debe dormirse en sus laureles. Así como estamos estableciendo un ritmo, sintiéndonos satisfechos para que el tema musical actual abarque nuestros pensamientos, la pieza choca fuera de los altavoces como una tormenta maciza en otro movimiento y nos transporta al mundo de J.R. a eso de J.R.R. Tolkein en un salto musical estupendo.

Por momentos, esta descendencia Orquestal de su pariente multipistas podría ser la banda sonora de alguna película de fantasía rara (de hecho, hay que recordar que la versión original se volvió la pieza central, musicalmente hablando, de “El Exorcista”). En todo su grandioso esplendor, las grabaciones posteriores toman unas proporciones gigantescas.

Una grabación verdaderamente magnífica (uno puede apreciar y descubrir con el paso del tiempo y en cada nueva escucha, un matiz diferente).

JOHN HOWARD 1989.

Leing vuelve a cometer ciertos errores de bulto, otra vez se equivoca con la fecha de publicación del CD (dice 1987 en vez de 1986). Tampoco es cierto que Oldfield “escogiese” a Bedford para hacer la versión orquestal, sino más bien todo lo contrario, Bedford, pero sobre todo Richard Branson, convencieron a un Oldfield bastante reticente para poder adaptar los álbumes al formato orquestal, incluso se llegó a orquestar posteriormente el “Ommadawn”, de hecho unos meses después de la publicación de éste hubo una pequeña gira por Inglaterra con Steve Hillage a la guitarra interpretando parte de las 3 obras. Una vez acabado el trabajo Oldfield aún no veía claro la viabilidad del producto. Finalmente Bedford convenció a Oldfield para que grabase unos minutos adicionales con guitarra (apenas son 3 minutos) que fueron agregados a la sección final del disco, ya que publicar un disco de Oldfield sin Oldfield habría sido ridículo, incluso para Virgin. En lo que no se equivoca el amigo Dave es en las ventas y los puestos en las listas de ventas, lo que da la impresión que es lo que realmente le interesa contar y recalcar, tanto a él como a la discográfica, en vez de contar las anécdotas y curiosidades que normalmente suele llevar los discos que se reeditan de cualquier artista.

Para la “galleta” del CD esta vez se buscó un color azul grisaceo, el mismo que se usó para “Tubular Bells”, simplemente previsible… Nos vemos próximamente con “Ommadawn” un pequeño oasis en este inmenso desierto.

3 comentarios:

  1. Muy bueno el articulo, como siempre en tu linea.

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  2. Muy buen artículo. Enhorabuena. Recuerdo cuando en Aranjuez, pude charlar durante un rato con David Bedford, me comentó que para él fué una grata experiencia el poder guiar la obra de Mike TB, bajo una orquesta, y como bien dices, disfrutó muchísimo. Uno de los aspectos que más destacó, fué el poderla poner en escena en el Royal Albert Hall. A mi pregunta de cómo se trabaja con Mike Oldfield y su colaboración me dijo, que no era fácil trabajar con él, añadiendo: "era su obra y no parecía en un principio estar muy satisfecho de orquestarla", opinaba que desde su punto de vista, le gustaba enormemente, pues hay que tener en cuenta el T.B., como todos sabemos está bajo el amparo de una obra clásica, o al menos en su estructura. la discrepancia de Oldfiel, se debía en gran media que la idea no fué suya, y eso unido al carácter y momento hizo un poco más compleja su colaboración.

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    1. Muchas gracias por tu comentario. Es un placer escribir en un blog con tan buenos y agradables colaboradores y lectores.

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