Abordar (y nunca mejor dicho) un disco como ‘QE2’ es una tarea difícil,
este álbum ha sido considerado en demasiadas ocasiones como un trabajo “menor”
dentro de la discografía del de Reading. Quizás porque es otro disco de
transición (al igual que su antecesor ‘Platinum’) y no posee (según algunos) en
su conjunto la calidad de este, o quizás porque fue un disco “maltratado” por
la compañía discográfica y no obtuvo los réditos esperados. El caso es que ‘QE2’
es un trabajo que dentro de la discografía de Oldfield pasa casi inadvertido
para la gran mayoría, sin merecer en absoluto esto.
El motivo por el que Oldfield llamó al disco ‘QE2’ (siglas que se
corresponden con el nombre del trasatlántico británico Queen Elisabeth 2) fue
debido a que, según el propio Oldfield, en uno de los temas recreó el sonido de
una sirena de barco y una cosa condujo a la otra. Su idea inicial era titularlo
‘Titanic’, pero desistió de esa idea al pensar que no sería un buen presagio
para el éxito del álbum.
Si con ‘Platinum’ la idea era hacer temas cortos pero con cierta
dependencia los unos de los otros, con ‘QE2’ Oldfield mezcla temas cortos con
algún que otro tema un poco más largo (aunque no tan largo como para que ocupe
una cara entera del vinilo) y completamente independientes entre sí, lo cual
marca una nueva ruptura con su forma original de crear música. Al igual que en
su anterior trabajo, aquí también delegó labores de producción e
instrumentación a otras personas. La tarea de producir este disco recayó en manos
de David Hentschel productor y músico que fue sugerido por Simon Draper.
Hentschel había producido algún que otro disco de Genesis, y por ese motivo
Phil Collins aparece en un par de temas (‘Taurus 1’ y ‘Sheba’), en una
colaboración más que aséptica, ya que Oldfield y Collins apenas sí
intercambiaron alguna que otra palabra.
Una vez superada la moda cuadrafónica que se había instaurado a
mediados de los setenta (y que Oldfield había abandonado en ‘Platinum’), se
dedicó todo el esfuerzo creativo a hacer un álbum con una sonoridad más
moderna, menos analógica y más digital por así decirlo. Parte de la culpa de
esa transición hacia una música un poco más “electrónica” la tiene el uso
inédito en su discografía hasta ese momento del Vocoder, un sintetizador de
voces que fue ampliamente usado por Kraftwerk en los setenta y por otros
músicos electrónicos con gran acierto (como por ejemplo Walter Carlos – ahora
Wendy – en la espectacular banda sonora de “La Naranja Mecánica”). Posteriormente,
Oldfield añadiría a su lista de instrumentos otro nuevo sintetizador electrónico,
que sería pieza clave en sus siguientes trabajos, ya que lo usaría de forma
masiva tanto en los nuevos discos como en los conciertos de los 80. Este
sintetizador se llamaba Fairlight CMI, y durante este año comenzó a
comercializarse de manera global.
Al igual que pasó con su antecesor, en ‘QE2’ Oldfield realiza dos
versiones de temas más o menos conocidos de artistas notorios, concretamente de
ABBA y The Shadows, “Arrival” y “Wonderful Land” respectivamente. En ambas versiones
se tiró la casa por la ventana y se usaron grupos de cuerdas y coros dirigidos
por David Bedford. En otros temas se hacían pequeños guiños a autores clásicos
como por ejemplo a J. S. Bach (el tema “Conflict” es una recreación algo
barroca inspirada en el movimiento “badinerie” de la suite nº2 en Si Menor BWV
1067). Aquí tenéis esa pequeña joya en su estado original:
Otros temas importantes del disco son “Sheba” un tema con aires celtas
y con una letra completamente inventada en la que el Vocoder tiene un peso
importante, la suite “Taurus 1” iniciadora de una trilogía que seguiría brillantemente
en su siguiente álbum y que finalizaría en “Crises” de forma flamenca y como
no, el tema que da título al álbum “QE2”, que en su edición original fue
llamado “QE2/QE2 Finale” (o así figura en las galletas de los vinilos). Este
disco además incluye el primer tema publicado en un álbum escrito por Oldfield
junto con uno de sus colabores si obviamos el “On Horseback” de ‘Ommadawn’ en
el que las letras están escritas entre Oldfield y William Murray. “Celt” está
escrito al alimón entre Oldfield y el teclista Tim Cross (que además está
acreditado como letrista). Dicho esto, la presunta falta de calidad de este
disco queda totalmente refutada al oír al menos esos temas que componen más del
80% de la obra. El disco termina con una simple y dulce nana dedicada a su
recién nacida hija Molly.
El sonido original del CD no era de los peores editados originalmente en
esas primeras ediciones publicadas entre 1983-85 (este disco en concreto fue
publicado en CD por primera vez en 1984), debido en gran parte a que nos
acercábamos a la era digital y la grabación ya no era tan arcaica y “analógica”
como en aquellos primeros discos de los setenta, debido en gran parte a que el
uso de sintetizadores estaba más que extendido. Además Oldfield se había
rodeado tanto en el anterior disco como en este de un grupo de músicos y
productores bastante interesantes y diversos que dejaron cierta huella en su
forma de componer y producir de aquí en adelante, esto unido al hecho de que su
música experimentó un cierto viraje hacia los sonidos sintetizados gracias en
gran medida al Vocoder y posteriormente al Fairlight. El problema, como siempre,
viene en esta nueva edición.
A parte de los errores (algunos de ellos graves) en la maquetación de
esta edición, el sonido de esta presunta “remasterización” no es bueno, es más,
podríamos decir que en comparación con otros discos deja bastante que desear y
más oyendo la excelente reedición llevada a cabo este año 2012 por parte de
Universal y que en teoría está basada en las mismas cintas que Heyworth usó en
el año 2000 para este engendro. No me puedo explicar cómo partiendo de la misma
fuente (y que parece ser que no son las cintas maestras, si no una copia de
ellas ya que las originales se han perdido; sí, es algo incomprensible) los
productos finales tanto de Virgin como de Universal sean tan diametralmente
opuestos. La nueva edición publicada por Universal tiene una sonoridad y una
calidad difícilmente igualable por esta edición (y perdón por la expresión) de
mierda.
Pero los errores no iban a quedar aquí, ya que como siempre, el diseño
y maquetación de esta serie de ediciones iba a ser cuanto menos “peculiar”. Y
eso que es difícil destrozar una portada tan sencilla como la de este disco,
simple a más no poder, pues aún así, Virgin se luce y nos vuelve a brindar una
portada borrosa (y eso que son 3 simples líneas de colores) hecho que podemos
apreciar observando la nula nitidez en el título del disco. La portada original
en vinilo tenía una pequeña obertura troquelada cerca de la esquina inferior
derecha (a modo de oquedad para el ancla). Un detalle que hacía que esta
portada tan simple y básica tuviese un cierto encanto. No había necesidad de
que troquelasen la portada para esta nueva edición (cosa que curiosamente sí se
hizo en la versión japonesa en miniLP de esta misma edición, aunque eso es otra
liga), pero qué menos que escribir las letras con cierta nitidez y no como si
fuese un mal escaneo y hacer un pequeño guiño a ese detalle como ha hecho Universal
este año.
El tema fotos, como siempre, es cosa aparte, si ya en ‘Platinum’ la
cosa era ridícula, en este disco roza lo sonrojante. De primeras, nos encontramos
con una portada “deconstruida” algo que no tiene ni pies ni cabeza, a no ser
que sea para rellenar un hueco que era fácilmente rellenable bien con fotos de
la gira de ‘QE2’, bien con fotos promocionales (que las hay, como por ejemplo
la de más arriba o la que se ve en la contraportada del vinilo de la edición
germana), bien con la portada alternativa alemana (por poner un ejemplo). Pero
lo mejor es la segunda foto ya que ¿para qué buscar fotos nuevas si podemos
reciclar fotos ya publicadas en estas
mismas ediciones? Nos encontramos con la misma foto que se usó en el diseño
de ‘Tubular Bells’ sembrándonos la duda de si esa foto corresponde a la época
de ‘Tubular Bells’ o a esta de ‘QE2’, aunque en realidad ni una cosa ni la
otra, ya que esta foto está tomada durante la grabación en 1969 del disco
‘Children Of The Sun’ del grupo folk que formó Mike con su hermana Sally
llamado “The Sallyangie”.
Además, si en las anteriores ediciones el nombre del colaborador Pierre
Moerlen estaba mal escrito (Moerlin en vez de Moerlen) cosa que para ser
honestos no es totalmente imputable a la maquetación de esta serie de ediciones,
en esta ocasión la persona perjudicada es Maggie Reilly, que en esta edición
(al igual que ocurrirá en otras posteriores, y en la original de 1984) es
nombrada como “Maggie Riley” y como no, para qué cambiarlo o arreglarlo,
demasiado trabajo.
Y hablando del amigo Laing, esta vez logra
superarse. Si el texto de ‘Platinum’ era de vergüenza ajena, este no se le
queda lejos. Laing vuelve a demostrar que ni le interesa el disco, ni lo ha
escuchado, dedica casi todo el texto a dar rodeos hablando de los colaboradores
y las versiones incluidas sin prestar la más mínima atención a los aspectos
sonoros del disco o su calidad musical. No dice absolutamente NADA del disco en
cuestión que tenga un mínimo de interés. Es más creo que ni se ha leído el
listado de temas y su orden (cosa importante para unos textos presuntamente
“aclaratorios”), frases como “El disco,
y la pieza instrumental que ocupa la primera cara del LP, fue titulada “Queen
Elisabeth II” después de que éste lujoso trasatlántico surcara el océano.”,
lo demuestra. A poco que hubiese mirado el listado se habría dado cuenta no solo
de que “QE2” no abre el disco, si no que es que ni siquiera ocupa TODA la
primera cara del disco, pero ni ese ni “Taurus 1”, que es el tema que realmente
abre el álbum. He aquí el texto completo para vuestro uso y disfrute:
Mike Oldfield publicó su sexto álbum,
“QE2”, en 1980. Éste siguió los pasos de su predecesor “Platinum” que combinaba
un largo tema instrumental con una serie de canciones, algunas compuestas por
el mismo Mike y otras originalmente grabadas por “ABBA” y “The Shadows”.
El disco, y la pieza instrumental que
ocupa la primera cara del LP, fue titulada “Queen Elisabeth II” después de que
éste lujoso trasatlántico surcara el océano. En éste y otros temas, Mike
Oldfield toca 26 instrumentos diferentes. Esta colección une a los instrumentos
folk como por ejemplo los aborígenes y las gaitas de Northumbrian con los
últimos Vocoders electrónicos y los sintetizadores. Entre los otros músicos que
tocaron junto con Mike están Phil Collins a la batería y la cantante Maggie
Reilly.
Maggie podría ser quizás la mejor
vocalista conocida que grabó con Mike Oldfield. Ella había sido antes la
cantante principal de un grupo escocés llamado “Cado Belle”, una sencilla banda
funk que estuvo de moda durante parte de los setenta que incluía el tema
“Maggie Bell’s Stone The Crows”. “Cado Belle” realizó un álbum titulado así
para Anchor en 1976.
“QE2” fue coproducido por Mike junto
con el ingeniero y teclista David Hentschel, cuya carrera musical incluía un
período con “Genesis”.
Las canciones compuestas por Mike en
“QE2” incluían a “Molly”, inspirada en su pequeña hija. Pero el disco fue
noticia por la decisión de Mike de grabar nuevas versiones de los
superconocidos éxitos “Arrival” (de “ABBA”) y “Wonderful Land” de “The
Shadows”, cuyo guitarrista principal Hank Marvin había inspirado a Mike cuando
era un músico muy joven.
Ambos temas se publicaron como singles
durante 1980 pero ninguno de ellos fue un éxito.
En contraste, “QE2” vendió 100.000
copias en su primera semana y fue número uno en las listas alemanas en donde
Mike ha tenido siempre muchos apasionados seguidores. La posición más alta
conseguida en las listas de venta en Inglaterra fue un número 27.
Dave Laing.
A parte de los errores obvios tanto en sintaxis como en la forma de
escribir un texto sobre un disco sin hablar de él (cosa que en el fondo tiene
su mérito), hay que indicar que la grabación de las versiones de los temas de
ABBA y The Shadows corresponden más a una “sugerencia” de Virgin (de ahí que
fuesen los temas elegidos como singles) que a una decisión del propio Oldfield.
Tampoco dice mucho en su favor que en unos textos en los que usualmente se
tiende a aupar en los altares tanto al artista como al disco en cuestión se
diga claramente que “no fue un éxito”, y que se dediquen más líneas a los
colaboradores que al disco en sí mismo. Todo esto supone un flaco favor hacia
la obra, que demuestra el desprecio de este “cronista” por la obra de Oldfield
más allá de “Incantations”. Por tanto estamos ante una edición para olvidar,
altamente prescindible, y que únicamente sirve para completar tu colección
óldfica si eres coleccionista.
La galleta de este disco como no podía ser de otra manera es roja,
color predominante en la edición y en las ideas con las que se concibió tan
“especial” publicación. En el siguiente artículo analizaremos los frutos de
estos dos discos de “transición” que fueron ‘Platinum’ y ‘QE2’ con un resultado
más que favorable en cuanto a crítica, aunque como es de esperar la edición
“remasterizada” que nos presentó Virgin no colmó las expectativas mínimamente
exigidas y que ahonda más si cabe en los fallos ya cometidos y nos presenta
otros muchos nuevos.